REGISTRO Nº 03

MAS ACERCA DE DESNUDOS

En 1990 cambié los desnudos por otra serie de pruebas. El Desnudo como categoría de arte tenía mucho bagaje para mí, pero sabía que quería ver si podía hacerlo de manera diferente y que sería un desafío emocionante. A fin de cuentas, la persona que fotografías está literalmente desnuda, por lo que es una metáfora perfecta para expresar lo personal, lo profundo y universal. Una fotografía en lugar de ser un instante en el tiempo podría ser hecho para expresar un lenguaje simbólico.

En mi opinión, era un estereotipo, un fotógrafo pidiendo a una mujer que posara desnuda para él ¡y encima acercándose a ella en un bar! Yo no tenía presupuesto para contratar modelos, pero francamente no parecía el camino a seguir si podía evitarlo. No quería fotografiar y trabajar con modelos entendiéndolos como maniquíes a los que podía dar forma a mi voluntad como si de una muñeca o un robot se tratara. Quería capturar la realidad, no una construida, sino una realidad diferente, a la que llamé Blurreal. Decidí desde un principio alternar el fotografiado de hombres y mujeres, mantenerme honesto y enfocado en el proyecto en general, y también incluir siempre la cara de la persona en la imagen. Quería subjetivar en lugar de objetivar.

Creo que estas simples decisiones me ayudaron mucho. Empecé a preguntarles a mis amigos si me servirían de modelo y, para mi deleite, muchos estuvieron de acuerdo. Consideré cada sesión como una colaboración y así se lo dije. Cuando miro hacia atrás veo que todo lo que salió bien por entonces fue debido a mis amigos, los que tenía y los que hice al pedirles que posaran para mí.

MikePretzel 1990

No tengo fotos del proceso. No había móviles con cámara en esos días. En ninguna sesión quería inmiscuirme en el espacio privado que teníamos mientras trabajábamos, por el hecho de hacer tomas adicionales con una cámara convencional. Pero aunque ese no fuera el caso, tenía las manos completamente ocupadas. Estaba experimentando más o menos constantemente y tratando de evolucionar a medida que avanzaba. Sudaba cada sesión de trabajo.

Fotografié todo en mi sala de estar. Mi apartamento, como muchos en SF, tenía puertas correderas, así que aunque la sala de estar no era especialmente profunda, podía abrir la puerta de mi habitación y si la cámara lo requería, alejar la cámara para enfocar. A veces colgaba telas negras en las paredes y el piso, pero básicamente lo que hacía era encender las luces e improvisar. También era acogedor con un asiento de ventana hecho a mano frente a ventanales victorianos, suelos de madera, un par de paredes doradas y plateadas, y relieves de cerámica africana en otras paredes. Walter Street era un lugar especial, y especial para trabajar. Creo que quien llegaba allí lo sentía.

Vista del dormitorio desde el salón 2014. La pared con las fotos era dorada en los 80.

Surgieron algunas buenas series de estas sesiones, pero la más importante para mí fue la 21. Conté con Valerie como modelo, no era una amiga íntima, sino una mujer bonita que conocí y le pedí que posara, pero lo que sucedió creo que nos asombró a los dos.

En cada sesión hice aproximadamente 12 tomas y luego las revelé e imprimí en el cuarto oscuro en que había convertido la lavandería de mi apartamento. Después de la primera sesión los dos estábamos sorprendidos por lo que vimos y acordamos mutuamente volver a intentarlo. Este patrón se repitió 6 veces hasta que acabamos. Imprimí 21 de ellos para exposición en el tamaño que quería: 16 × 20 pulgadas. En la exposición colgué tanto mi propio enunciado como artista, como la declaración de Valerie.

Hoy miro las fotos que no seleccioné y me pregunto qué ocurrió, ya que hay muchas que me interesan.

Debido a que tomé muchas fotos de Valerie, esto hizo que lo que estaba haciendo me resultara más evidente. La forma básica de su rostro y su cuerpo estaban allí, al igual que en cualquier fotografía, pero el hecho de que no fuera una imagen fija o reconocible de «ella» no importaba, «ella» seguía estando allí. Sentí que estaba capturando algo más, un estado interno o yo oculto, casi un plano diferente de la realidad. Llamé a lo que estaba haciendo Blurrealismo porque no sentía que hubiera una palabra para describirlo. Cada uno de nosotros percibe su propia realidad, y estas realidades individuales cambian con el tiempo, se superponen y se confunden con las experimentadas por los demás. Parte de la vida se esconde de nosotro, es un misterio, pero debemos tratar de ver más allá de la superficie. Creo que ayuda el mirarm la vida y a los demás con empatía.

Val Hands Sharp 1990